El zorro

La langosta había arrasado con todo. Ya ni el fuego ni el ruido a lata las espantaba.La comida escaseaba.Algunos iban al Santa Lucía a pescar tarariras o comían boniatos sancochados. Y fue por ese entonces que empezaron a faltarle algunos pollos al Tito Peraza. Bruto como un tamango le dijo a su hijo Julio que si no cazaba al zorro que se estaba agenciando las gallinas se iba a tener que ir a dormir al maizal con los chanchos.El gurí esperó a que saliera la luna llena, cargó la escopeta por la boca con munición especial.La luna estaba por irse cuando sintíó alboroto en el gallinero. Julio vio una sombra que se arrastraba . Apuntó,tiró y los chillidos y el fogonazo abrieron la noche en dos. El zorro era grande y dejó un rastro de sangre entre las chircas.Al otro dia fue a visitar a su prima Marisa la mayor de 5 hermanos que vivían en un ranchito muy pobre con la tía China.” La Marisa está con paperas, yo le puse unas hojas de tártago a ver si se mejora” dijo su madre y Julio se volvió con pasos descalzos por el senderito de tierra cuarteada. En la noche, cuando salió la luna, Marisa se revolvía en la cama muerta de dolor. Es que la perdigonada con sal gruesa es lo peor que hay y no para de supurar nunca. Pero sus hermanos tenían comida para tres días. diciembre 2012